La particular historia de Brushy One String es una de talento, lucha, perseverancia y un poco de suerte. Huérfano desde temprana edad, sus padres fueron el cantante de reggae Freddy McKay, y la intérprete Beverly Foster, quien llegó a acompañar a Tina Turner como corista.
Desde temprana edad Brushy sintió interés por el canto y la música, tratando de hacer dinero en las calles tocando tambores de hojalata. Más tarde intentó con la guitarra, pero al no saber tocarla y romper todas las cuerdas, tuvo que abandonarla.
Fue después de este hecho que Brushy One String afirma haber tenido una visión en un sueño, donde se le dijo que debería tocar la guitarra pero con una sola cuerda. Tras contárselo a sus amigos, retomó el instrumento, esta vez en su versión monocorde, y comenzó a versionar algunas de las piezas más populares que sonaban en la radio. En ese formato volvió a sus andanzas de músico callejero, ataviado con gafas de sol y sombrero.
Brushy One String afirma que algunas de sus principales influencias son el cantante norteamericano de soul y R&B Teddy Pendergrass y el músico reggae Shabba Ranks, quienes lo inspiraron a incursionar en una escena musical jamaiquina donde el hip hop y el dancehall llevaban la batuta. Acompañado solamente de su instrumento, Brushy era capaz no sólo de construir pegajosas melodías, sino cadenciosos patrones rítmicos, a través de toques y golpes al cuerpo de la guitarra.
Uno de los puntos álgidos de aquellos orígenes humildes tocando en la calle, fue cuando hubo un corte de luz en una sala de conciertos, y Brushy pidió a los organizadores que lo dejarán tocar en su formato acústico, para mantener al público en el local. Iluminado solo con linternas, fue capaz de ganarse el aplauso del público tras una hora tocando, terminando su presentación tiempo después de que volviera la energía a la ciudad. Esta historia la cuenta con más detalles en su canción One String Play.
Fueron varios los años que Brushy One String estuvo luchando para lograr la fama. Si bien su talento era incuestionable, era difícil conseguir una plataforma que lo masificara. Esto cambió cuando conoció al cineasta Luciano Blotta.
Blotta se encontraba en Jamaica culminando un trabajo de cinco años, siguiendo la carrera de tres jóvenes artistas emergentes locales, que luchaban por encontrar el éxito y el reconocimiento internacional. Este trabajo se convirtió eventualmente en el celebrado documental RiseUp. Fue fuera de un estudio musical en la isla que conoció a Brushy One String, quien le ofreció cantarle una canción, tocando su hoy célebre pieza Chicken in the Corn. Encantado con lo que veía, el cineasta grabó el encuentro, pero sabía que no podría incluir mucho sobre este nuevo hallazgo en su film, que ya se encontraba en la fase final. Sin embargo, esa breve interpretación sí aparece en la película.
Todo quedó hasta allí, hasta que Blotta decide regresar a Jamaica a buscar a Brushy, con la idea de grabar más de su trabajo. Tras rastrear al músico comienzan a trabajar juntos, y el cineasta decide representar al artista.
Luciano Blotta grabó a Brushy tocando alrededor de su pueblo y difundiendo los vídeos a través de Internet, varios de los cuales se hicieron muy populares, con millones de visitas en pocos meses. Muchas reacciones, comentarios y correos electrónicos provenientes de todo el mundo empezaron a aparecer, con miras a saber más sobre este misterioso músico armado con un instrumento tan poco común, cuya voz; cálida, rasposa y profunda; cautivaba automáticamente.
Su ritmo animado que evoca a las raíces del blues del delta, suele estar acompañado de letras sobre lucha, redención y amor, muchas veces representadas a través de vivencias personales que plasma en tonadas cargadas de sentimiento.
Su primer disco, Destiny, fue publicado en abril de 2013, se trata de un álbum lleno de soul, R&B y blues, que recuerda a cantantes como Percy Sledge y Louis Armstrong, pero con un inconfundible acento jamaiquino, que recuerda que la música de la isla va mucho más allá del reggae, aunque haya pinceladas de ese género, así como de dancehall.
En el año 2014 Luciano Blotta recopila todas las grabaciones que ha hecho de Brushy One String y presenta el documental The King of One String, que relata la historia del cantante, siguiéndolo a través de los callejones, plazas y mercados de Jamaica, a la vez que toca su música, en una cruda historia de coraje, esperanza y triunfo, donde además muestra que en su país ha logrado ser reverenciado tanto por la juventud como por los mayores.
En 2016 el músico publica el disco No Man Stop Me, que funge como una segunda parte del viaje sonoro y lírico que fue Destiny, aunque se nota la evolución de un artista que ya se ha consagrado en la escena internacional, pero que se niega a perder la esencia que obtuvo tocando en las calles de Jamaica.
Desde entonces Brushy One String no ha dejado de girar alrededor del mundo, habiendo visitado España varias veces, y tras compartir escenario con cientos de músicos legendarios. Algunos de los festivales que lo han recibido son South by Southwest, New Orleans House of Blues, New Orleans Jazz & Heritage Festival y el BAM Festival.
El próximo 18 de mayo estará en el Festival Solar, que se llevará a cabo en Morelos, México, junto a artistas de la talla de Tears For Fears, Lauryn Hill, Kool and The Gang, Diego El Cigala y Dimitri from Paris.