Prácticamente desconocido en occidente, Vanuatu es un pequeño archipiélago del océano Pacífico Sur, a unos 1750 kilómetros al este de Australia, rodeado por Fiyi, Nueva Caledonia y las Islas Salomón.
En el pasado, Vanuatu ha liderado el informe Índice del Planeta Feliz, de la Fundación británica de la Nueva Economía (NEF, por sus siglas en inglés), que mide la eficacia medioambiental del progreso global, y muestra un orden diferente de la riqueza mundial.
En el norte de Vanuatu se encuentra la provincia de Torba, compuesta por las islas Torres e islas Banks. Se trata de una de las regiones más remotas de este país ya distante. Las islas del norte son pequeñas y poco pobladas, por lo que escasean servicios que sí existen en el sur. Sin embargo, un reporte reciente ha determinado que la gente de Torba es la más feliz de esta nación, ya de por sí célebre por su alegría, y es allí, en esa apartada, primitiva pero gozosa zona donde se ha popularizado la música del agua.
Esta práctica, llamada Vus lamlam en lengua Mwerlap, ha sido transmitida de generación en generación desde hace décadas. Según algunos estudiosos de este fenómeno, a principio de la década de los setentas hubo una serie de discusiones sobre cómo desarrollar este arte a través del perfeccionamiento de una serie de técnicas que brindaban diferentes texturas, sonidos, ritmos y tonos.
Ya en 1978 el etnomusicólogo suizo francés Hugo Zemp había recogido una manifestación musical similar en las islas Salomón, llamada Kiro, Kiroha y Kiro ni karusi. Aunque éste la describió más como un juego, quizás por notar un repertorio muy limitado.
Algo que Zemp observó desde un principio era el carácter meramente femenino de la música hecha con agua. Ocasionalmente los niños en edad de bañarse por sí mismos en ríos y playas se unías a sus madres y hermanas, pero la actividad era considerada primordialmente para mujeres. Es importante acotar que no se trata de un acto ritual o ceremonia religiosa, por lo que no se considera sagrado. Por esto es una expresión cultural bastante accesible para aquellos ajenos a la comunidad. No existe tabú de mostrarlo a forasteros, cosa que podría ocurrir con prácticas litúrgicas. Existe la teoría de que este juego, que se tradujo en música, comenzó cuando grupos de mujeres se bañaban y lavaban en los ríos y el mar.
En años recientes un equipo de lingüistas y etnomusicólogos grabaron a varios grupos que hacían música con agua en dos de pequeñas islas de las Banks: Gaua y Merelava. Allí habita el pueblo Mwerlap, cuya diáspora ha estructurado ciertos elementos de su herencia cultural de manera de crear oportunidades de emprendimiento, a través de la música e interpretación.
En 2008, un miembro de los Mwerlap, llamado Sandy Sur, residente de Luganville, en la isla Espiritu Santo de Vanuatu, reunió a varias personas de su comunidad para crear una villa cultural, en las adyacencias de la ciudad, de manera de presentar su cultura y tradiciones a los turistas. La nombraron Leweton, un acrónimo de todos los pueblos de donde provenían en las islas de Gaua y Merelava. Nacía así también The Leweton Cultural Group.
Más tarde, con la ayuda del gobierno de Nueva Zelanda, construyeron una piscina acondicionada para interpretar la música del agua, rodeada por museos temáticos.
La afluencia constante de turistas en el complejo Leweton hizo que el espectáculo de hacer música con agua fuera perfeccionado, agregando otros elementos de la cultura regional, uno de ellos fue el Na-matto, un género musical hecho con instrumentos de cuerda típicos, así como cantos y percusión hecha con bambú y madera, así como danza Ne-leang, practicada y cantada por mujeres. Más tarde decidieron desarrollar muestras gastronómicas, juegos tradicionales, tucos de magia, así como preparación y degustación de kava, una hierba tranquilizante famosa en el Pacífico sur. La infraestructura para la venta de suvenires típicos también fue desarrollada.
Para el año 2014 había tres pueblos donde grupos de mujeres tocaban la música del agua. En la isla de Gaua había dos bandas: Limoros y Salap. Mientras que en la isla de Santo se encuentra la agrupación local de Leweton, llamada Turgor.
Otra de las personas que han influenciado en cuanto a la preservación y difusión de la música de agua de Vanuatu es Delly Roy, nativa también de Gaua. Roy ha liderado un movimiento de promoción y conservación de prácticas culturales tradicionales del norte del país insular. Así como motivar a las nuevas generaciones a mantener y abrazar sus costumbres. Fue así como surgió el TEKS, una entidad dedicada a promover el emprendimiento cultural local, que ha logrado promover fuera de sus fronteras la música hecha con agua de Vanuatu.
Además en 2014 fue presentado el documental Vanuatu Women’s Water Music, dirigido por Tim Cole y basado en la experiencia de Leweton, donde también pueden verse muestras de danzas, como la Ne-leang, y la creación de los trajes típicos de estas mujeres.