La makossa es un estilo de música urbana camerunesa. Se caracteriza por cadenciosas líneas de bajo eléctrico y metales prominentes, que pueden ser emulados a través de teclados y sintetizadores, de forma muy similar a otros géneros del África subsahariana que florecieron a finales del siglo XX. La makossa comenzó a hacerse muy popular en la década de los ochenta, logrando además un fuerte reconocimiento en el panorama sonoro africano y mundial.
El nombre de este estilo urbano camerunés proviene de la lengua duala, hablada por el grupo étnico del mismo nombre que habita principalmente en la región litoral del país, y significa «bailo». Sus orígenes se remontan a una danza de ese pueblo llamada kossa.
El músico Nelle Eyoum Emmanuel, junto a su grupo Los Calvinos, fue uno de los que concibió la makossa, utilizando constantemente el estribillo «kossa kossa» en sus composiciones.
La makossa empezó a tomar forma en la década de los cincuenta, aunque las primeras grabaciones del género aparecieron una década después.
En los sesenta la makossa moderna se desarrolló y se convirtió en el género más popular en Camerún. Su capacidad de amenizar fiestas, de ser un hit en las pistas de baile, con latencias que recordaban al funk, la convirtió en un ritmo muy solicitado.
Soul Makossa
Artistas como Eboa Lotin, Misse Ngoh, y sobre todo el célebre Manu Dibango, popularizaron la makossa en todo el mundo con su canción Soul Makossa de 1972. El coro de la canción: «Mamako, mamasa, maka makossa», fue utilizado posteriormente por Michael Jackson en Wanna Be Startin’ Somethin’ en 1983. Muchos otros artistas siguieron su ejemplo. El mundial de fútbol de 2010 también llevó la makossa a la escena internacional cuando Shakira utilizó parte de la popular canción del grupo de makossa Golden Sounds Zamina mina (Zangalewa).
Si buen fuera de África Dibango y la makossa fueron muy populares, el género ha seguido trayendo varias superestrellas panafricanas a lo largo de las últimas décadas. Una ola de músicos electrificó la makossa en un intento de hacerla más accesible fuera de Camerún.
La makossa siempre ha rivalizado con otro género urbano camerunés llamado bikutsi, el cual tuvo un gran apogeo en los setenta, cuando intérpretes como Maurice Elanga, Les Veterans y Mbarga Soukous añadieron instrumentos de viento y se enfrentaron a grandes polémicas por cantar letras consideradas pornográficas. La artista Mama Ohandja llevó el bikutsi a públicos europeos, por lo que esta sana rivalidad se hizo internacional. En la década siguiente, sin embargo, Les Tetes Brulées superaron a los artistas anteriores en popularidad global, aunque su reacción en casa fue desigual.
En la década de los ochenta, la makossa se trasladó a París y formó un nuevo subgénero, denominado pop-makossa, que fusionaba el estilo zouk, ritmo vibrante y bailable proveniente de las Antillas francesas, popularizado por el músico Kassav. Entre los músicos más destacados de esta época se cuentan Moni Bilé, Douleur, Bébé Manga, Ben Decca, Petit-Pays y Esa.
Esa década también fue testigo del rápido desarrollo de los medios de comunicación cameruneses, que vieron florecer aún más tanto la makossa como el bikutsi. En 1980 se formó L’Equipe Nationale de Makossa, que reunió a las mayores estrellas de la makossa de la época, como Grace Decca, Ndedi Eyango, Ben Decca, Guy Lobe y Dina Bell.
La makossa de los años ochenta conoció una ola de éxito en toda África y, en menor medida, en el extranjero, ya que las influencias latinas, el zouk de las Antillas francesas y la música pop cambiaron su forma.
Makossa vs. bikutsi
Mientras que la makossa gozaba de fama internacional, el bikutsi era a menudo denigrado como música de arrabal. Sin embargo, los músicos siguieron añadiendo innovaciones y mejorando las técnicas de grabación; Nkondo Si Tony, por ejemplo, sumó teclados y sintetizadores, mientras que Elanga Maurice añadió instrumentos de viento. Les Veterans se convirtió en el grupo de bikutsi más famoso de los años ochenta, mientras que otros intérpretes destacados fueron Titans de Sangmelima, Seba Georges, Ange Ebogo Emerent, Otheo y Mekongo President, que añadieron armonías más complejas influenciadas por el jazz.
Jean-Marie Ahanda se convirtió en el intérprete de bikutsi más influyente de finales de los ochenta, y revolucionó el género en 1987 tras formar Les Têtes Brulées, cuyo éxito cambió la industria musical camerunesa. La banda tocaba una forma de bikutsi que permitía una mayor experimentación y diversidad. El guitarrista, llamado Zanzibar, añadió gomaespuma al puente de su guitarra, lo que hizo que el instrumento sonara como un balafón, y fue más agresivo e innovador que los músicos anteriores. Les Têtes Brulées surgieron como una reacción contra el pop-makossa, que se consideraba que abandonaba sus raíces en favor del éxito en el mainstream.
La imagen del grupo fue parte de su éxito, y se hicieron conocidos por sus cabezas afeitadas y sus pinturas corporales multicolores, hechas para representar la escarificación tradicional del pueblo betis, quienes crearon el bikutsi, así como por sus camisetas rotas que implicaban un folclore común en contraste con los bien estilizados intérpretes de pop-makossa de la época. También llevaban mochilas en el escenario, haciendo referencia al método tradicional de las mujeres beti de llevar a los bebés mientras bailaban bikutsi.
Les Têtes Brulées tardaron sólo unas semanas en desbancar a la makossa de las listas camerunesas de éxitos, e hicieron una gira por Francia. Durante su estancia en ese país, Les Têtes Brulées grabaron su primer LP, Hot Heads, que fue también el primer bikutsi grabado en formato CD. Hot Heads amplió el formato lírico del género al incluir temas sociopolíticos. Siguieron giras por Japón, África, Europa y Estados Unidos, así como la película de Claire Denis Man No Run, que utilizó imágenes de su gira europea.
Últimos años
En la década de 1990, tanto la makossa como el bikutsi perdieron popularidad a medida que una nueva oleada de géneros cautivaba al público africano. Entre ellos se encontraban la nueva rumba congoleña y el soukous, así como formas más autóctonas como el bantowbol, el nganja del norte de Camerún, que había ganado cierta popularidad en el Reino Unido a mediados de los ochenta, y el bend-skin, una música urbana callejera.
Les Têtes Brulées siguieron siendo la exportación musical más conocida del país, especialmente después de acompañar a la selección camerunesa de fútbol en la Copa del Mundo de 1990 en Italia y de 1994 en Estados Unidos.
La forma más reciente de música popular camerunesa es una fusión de soukous congoleño y makossa, una escena que ha producido artistas como Petit Pays, Marcel Bwanga, Kotto Bass, Papillon y Jean Pierre Essome. Otros géneros populares son el tchamassi, el mangambeu y el makassi, que es una suerte de makossa más ligera.