La música gnawa, también conocida como gnaua, gnaoua y guenaua, suele ser tocada en ceremonias llamadas lila, dedicadas al rezo y la curación, encabezadas por un maestro llamado maalem, junto a un grupo de músicos y bailarines.
Existe la idea que los maalem junto a sus músicos y bailarines pueden sanar a la gente, por lo que es un ritual religioso islámico que busca el favor de Alá para lograrlo.
La palabra gnawa, plural a su vez de gnawi, es derivada del término hausa y fulani kanawa, que era utilizado para referirse a los habitantes de la ciudad nigeriana de Kano, la cual fue capital del Imperio Hausa. Los marroquíes tienen la tendencia a sustituir la letra “k” por la “g”, por lo que a los kanawa se les llamaba gnawa en ese país. La historia de los gnawa está además muy relacionada con la célebre Guardia Negra marroquí, que luego se convertiría en la Guardia Real de Marruecos, unidad militar encargada de la seguridad del rey de Marruecos y de sus palacios, que debían el nombre al color de piel de sus tropas, reclutadas originalmente en la región del río Senegal.
Es importante acotar que tanto hausas como marroquíes practican el islam malikí, que es una de las cuatros escuelas de derecho religioso que existen dentro del mundo sunní, existiendo un intercambio espiritual entre ambos pueblos. Además, la música hausa ha estado muy presente en Marruecos, habiéndose adaptado a su lenguaje y tradición.
Hoy por hoy la música gnawa es de las más populares dentro de Marruecos, siendo los maalems muy respetados y venerados en todo el territorio de ese país africano.
En las canciones de gnawa una frase o verso puede ser repetido una y otra vez, por lo que pueden durar largos períodos de tiempo, incluso varias horas. Sin embargo, puede que lo que parezca una larga pieza sean varios cantos, que describan diferentes espíritus, a lo cuales en árabe se les llama mluk. Cuando los que presencian esta ceremonia entran en trance la música puede ser alargada.
El lenguaje melódico de los instrumentos de cuerda está muy ligado a la parte vocal y sus patrones, como pasa mucho en la música africana. Es un código parecido al del blues.
Los instrumentos principales de la música gnawa son: unas castañuelas largas de metal, llamadas qraqeb y un laúd de tres cuerdas, conocido como guembri o hajhuj, cuyo sonido es similar al de un bajo. En ocasiones también se usa el tbel, un tambor tocado con un palo de madera curvo, hecho de piel de cabra y madera.
El guembri posee una conexión histórica con otros laúdes del oeste africano como el halam, instrumento típico del pueblo hausa, al que se considera ancestro del banjo.
Los intérpretes de guembri tocan una cuerda a la vez con los dedos, como ocurre con el bajo eléctrico, y no rasgado como la guitarra. Producen notas, no acordes. Es en sobre estos patrones hipnóticos que la percusión viaja en sincronía, tanto las qraqeb como el tbel.
El ritual
Como dijimos anteriormente, el principal ritual que protagoniza la música gnawa se conoce como lila. La ceremonia recrea el génesis del universo, evocando las siete manifestaciones divinas. Se trata de siete entidades sobrenaturales, los llamados mluk, que son representados por siete colores, como una descomposición prismática de la luz y la energía. La lila suele ser encabezada por un maalem, que a su vez posee un moqadma o shuwafa, que es quien se encarga de los vestuarios y accesorios necesarios para el evento.
El papel del moqadma es sumamente importante ya que determina las cambiantes tonalidades estéticas del encuentro. El maalem, usando el guembri, y junto al olor de los inciensos, llamará a los santos para que se presenten e inspiren y lleven al trance a los presentes, que bailan alrededor.
Los mluk son entidades abstractas que, a su vez, reúnen un número de espíritus o genios, llamados jinn. Cuando los participantes entran en trance, a través de bailes espasmódicos y repetitivos, hacen contacto con los mluk.
Es en ese trance que ocurren las sanaciones. Usualmente se usa para combatir enfermedades de la mente, así como para liberar tensiones o dejar salir sentimientos reprimidos. Cuando una de estas personas cae el suelo, los demás lo ayudan a levantarse, para ese momento ya debería haber logrado la paz interna.
En el gnawa existen diversas cofradías, o zribas, cuyos atuendos y enfoques musicales varían. Por ejemplo, para algunas lo primordial es la percusión, mientras que para otras es el guembri.
En Marruecos cada cofradía, como la Issawa o la Hamadsha, relaciona su autoridad espiritual a un santo. Por esto, cada ceremonia comienza con una recitación de algún escrito de ese santo en árabe. De esta manera, asumen su rol como descendientes espirituales de aquel, lo que les da la autoridad para comenzar el ritual. Los hausa, cuyos ancestros no hablaban el árabe, solían comenzar la lila a través de canciones y danzas originarias, que evocaban experiencias de esclavitud pero también de redención.
Existen canciones de música gnawa en el idioma subsahariano bambara, así como en hausa, mandé y fulani. Sin embargo, actualmente la gran mayoría son en árabe. Esto demuestra el origen y la evolución de esta manifestación cultural, y es que aun cuando el árabe es el idioma regular del género, suelen utilizarse palabras de aquellas lenguas subsaharianas.
Sobre la lírica, suelen ser rezos, alabanzas y peticiones a Dios, pero también abordan historias de profetas y pueblos, de tragedias y redenciones.
Gnawa hoy
En las últimas décadas la música gnawa ha sufrido un proceso de modernización, que la ha convertido en una música más laica. Sin embargo, aún son populares las lilas, que conservan el carácter espiritual y sagrado de este género musical.
Actualmente existe Festival Gnaoua y Músicas del Mundo de Esauira, que funge como uno de los principales canales de difusión del estilo gnawa, aunque menos enfocado en la religión o en su carácter terapéutico. Al ser un festival de músicas del mundo, representa un punto de encuentro y fusión entre culturas de todo el globo. Allí son comunes las sesiones entre músicos de distintos orígenes, siendo además uno de los festivales musicales más importantes de Marruecos, llegando a contar con más de 200 mil asistentes.
Randy Weston, Adam Rudolph, The Wailers, Pharoah Sanders, Keziah Jones, Omar Sosa, Doudou N’Diaye Rose y el trompetista italiano Paolo Fresu han sido solo algunos de los que han pasado por las tarimas del Festival Gnaoua y Músicas del Mundo de Esauira.
Tampoco son pocos los experimentos que se han hecho, fusionando la música gnawa con géneros como jazz, blues, reggae y hip hop, todos géneros tan percusivos como la gnawa.
Desde los años noventa se ha visto en occidente diversos grupos que han experimentado con la música gnawa, como es el caso de The Sudani Project y Gnawa Impulse. Si bien no son grupos enfocados únicamente en ese género, lo poseen dentro de su paleta rítmica.