noviembre 16, 2021

Los griots, trovadores tradicionales del oeste de África

Suerte de juglar incansable, músico ambulante, cuentacuentos itinerante y guardián de la tradición oral, el griot representa uno de los personajes artísticos más reconocidos del noroeste africano, muy similar a los populares bardos medievales europeos que se dedicaban a transmitir historias, leyendas y poemas, a través de recitales públicos.

Historiador, cantante, poeta, músico, cuenta cuentos, trovador, juglar o bardo, son algunas de las palabras que definen el significado de griot.

Custodios de la tradición oral del oeste de África, los griots, también conocidos jelis, jalis, guewel o gawlo, están presentes en la parte noroeste de África, en países como Malí, Níger, Gambia, Guinea, Guinea-Bisáu, Mauritania y Senegal. Comprenden además pueblos como el mandé, fulbé, hausa, songhai, tukulóor, wolof, serer, mossi, dagomba y los árabes mauritanos.

Los griots son considerados una casta que suele contraer matrimonio dentro de sí misma, por eso han mantenido ciertas características puntuales dentro de lo que es su arte.

Así como los griots pueden interpretar una serie de canciones tradicionales, también deben ser capaces de hablar de hechos actuales y noticias recientes. Es su deber conocer la historia local, los acontecimientos del día a día, y expresarlos a través del relato, la sátira e incluso el comentario político.

Orígenes

Existen varias teorías sobre el origen de la palabra griot. Hay quienes dicen que proviene de la palabra portuguesa criado, que significa sirviente, pero que pronunciada en lengua francesa se transforma en guiriot.

Las capacidades musicales del griot provienen de años de estudio y práctica bajo la tutela de maestros que suelen ser parte del clan familiar, especialmente padres y tíos. La ocupación no es exclusiva de los hombres, y son muchas las mujeres que la ejercen, siendo sus talentos como cantantes e instrumentistas son legendarios.

Los mandé utilizan el término jeliya, que significa algo cercano a herencia musical, para referirse al conocimiento de los griots, dando a entender el carácter generacional y familiar de este arte. Jali proviene de djali que significa sangre en lengua mandinga. Por eso en las regiones que antes conformaban el Imperio de Malí se les sigue llamando jeli. En las áreas de habla inglesa si es más común el vocablo griot.

En el Imperio de Malí, que tuvo su mayor apogeo a mediados del siglo XIV, extendiéndose desde Chad y Níger hasta Senegal, los griots fueron muy celebrados y respetados. El fundador del imperio, Sundiata Keita, poseía en su corte al griot Balla Fasséké, quien también hacía de consejero. Fasséké es considerado el fundador de una estirpe de trovadores que existe hasta hoy, los Kouyaté. Y es que cada familia importante de griots siempre estuvo relacionada con otra que tuviera tradición militar y herederos reales, conocidas como jatigi. Por eso la tradición decía que no existía jatigi sin griot. Sin embargo, las jatigi podían intercambiar sus griots con otras jatigi.

También en los estratos populares, cada pueblo tenía un griot, que narraba nacimientos, muertes, casamientos, batallas, cacerías, conflictos, etc. Su presencia en bodas sigue siendo muy común hoy en día, así como en otros eventos sociales.

En los matrimonios, el griot destacará las virtudes de ambas familias, y estas, para dar una imagen de abundancia y fortuna ante los asistentes, le darán dinero a medida que cante las loas. Esto se hace frente a todos.

En otros eventos el griot suele estudiar el público para dirigir improvisaciones a la familia más adinerada, de manera que pueda obtener un mayor beneficio monetario.

Además, el griot suele comprender los orígenes de cada apellido importante presente en una reunión. En el oeste de África han existido varias castas y cada uno posee apellidos puntuales. Por ejemplo, dentro de la casta de los griots están los Kouyaté, Diabaté y Cissokó, en la de la realeza están los Keita y Konate, entre los guerreros los Kourouma y Touré, entre los agricultores los Condé, los herreros Kanté, los cazadores Diané y los curanderos los Magasouba.  

Instrumentos

Algunos de los instrumentos más utilizados por los griots son el xalam, el ngoni, la kora, el goje y el balafón.

La kora es un instrumento que posee de 20 a 21 cuerdas, con cuello largo, que emula una mezcla de arpa y laúd. El xalam es una variación de la kora, pero posee menos cuerdas, máximo 5. El ngoni también es un instrumento de cuerda, que posee entre 5 y 6. El goje es similar al violín, y cuenta con una o dos cuerdas. El balafón es un xilófono de madera.

Actualmente son muchos los griots que tocan alrededor del este de África. Gracias a la tecnología muchos de ellos han triunfado internacionalmente, llevando instrumentos como la kora y el ngoni por todo el mundo.

Bakari Sumano, quien fue director de la Asociación de Griots de Bamako desde 1994 hasta 2003 fue uno de los principales impulsores de la internacionalización de los griots en el oeste de África.

Otro griot famoso fue Doudou N’diaye Rose, de Senegal, nacido en 1930 y fallecido en 2015. Desde joven, y contra los deseos de su familia, se dedicó a la percusión. Tras ver en películas de Tino Rossi a directores de orquesta, decidió que quería hacer lo mismo pero con instrumentos de su tierra. Por ello recorrió su país para aprender los ritmos tradicionales. Poco después, creó la primera escuela de percusión de la capital, Dakar. En abril de 1960, durante los actos de independencia, tocó junto a 110 percusionistas frente al presidente Léopold Sédar Senghor. Llegó a actuar con Dizzy Gillespie, Miles Davis, Rolling Stones, Peter Gabriel y Alan Stivell. Además creo bandas sonoras para diversos films senegaleses.

Su álbum más famoso es Djabote, que posee 12 canciones grabadas en Isla de Gorea, tristemente célebre por su relación con la esclavitud, en marzo de 1999.

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