El shakuhachi es una flauta japonesa, con orígenes en China, hecha tradicionalmente de bambú. Fue popularizada por los monjes de la secta Fuke Zen, pertenecientes a la corriente del budismo zen, quienes la utilizaban para meditar.
La versión actual de la flauta de bambú shakuhachi fue desarrollada en Japón, durante el siglo XVI, y era conocida como fuke shakuhachi. Se le llamó así para diferenciarla de otra llamada kodai shakuhachi, también de bambú, pero con ciertas características distintas, que se introdujo en el archipiélago desde China, en el siglo VII, y que dejo de ser utilizada en el siglo X.
Después de un largo período de oscuridad, apareció en Japón, en el siglo XV, otra versión llamada hitoyogiri shakuhachi, que daría paso al fuke shakuhachi. Esta flauta floreció en el siglo XVIII durante el periodo Edo, e hizo que desapareciera el hitoyogiri shakuhachi.
El fuke shakuhachi es más largo y grueso que el kodai shakuhachi y tiene un agujero menos. Es también más largo y grueso que el hitoyogiri shakuhachi y es superior en volumen, rango, escala y tono. Hoy en día, dado que el shakuhachi se refiere generalmente sólo al fuke shakuhachi, la teoría de que el shakuhachi es un instrumento exclusivo de Japón está ampliamente aceptada en todo el mundo.
Los komusō medievales
Durante el medioevo japonés, el shakuhachi fue popularizado por los komusō (termino que significa literalmente «monje de la nada o del vacío»), que eran religiosos mendicantes de la secta Fuke del budismo zen. Uno de los rasgos más característicos de estos personajes era que utilizaban una canasta de paja en la cabeza, llamada tengai, como una manifestación de ausencia de ego. Ellos tocaban el shakuhachi para meditar, como una suerte de herramienta espiritual.
Las canciones que tocaban los komusō eran denominadas honkyoku, y llevaban el ritmo de la respiración de los intérpretes, y eran considerabas tanto música como meditación.
Por siglos Japón estuvo aislado del mundo exterior, e incluso la movilidad interior dentro del archipiélago estuvo restringida. Sin embargo, la secta Fuke logró que el gobierno hiciera una excepción con ellos y se pudieran desplazar por todo el shogunato, ya que sus prácticas espirituales les obligaban a desplazarse de un lugar a otro tocando el shakuhachi y pidiendo limosna.
A través de negociaciones persuadieron al Shōgun para que les diera derechos exclusivos para tocar el instrumento. No obstante, este permiso no fue gratis: algunos debían espiar para el estado, y el Shōgun envió también a varios de sus propios agentes disfrazados de monjes. Esto se vio facilitado por las cestas de mimbre que los Fuke llevaban sobre la cabeza, símbolo de su desapego al mundo.
Con la Restauración Meiji, a partir de 1868, se abolió el shogunato y también la secta Fuke, con el fin de ayudar a identificar y eliminar a los rezagados del régimen anterior. Interpretar el shakuhachi quedó oficialmente prohibido durante años.
Las tradiciones populares ajenas a la secta Fuke no sufrieron mucho con la Restauración Meji, ya que las melodías podían tocarse con la misma facilidad con otro instrumento que manejase la escala pentatónica.
El repertorio de canciones honkyoku era conocido exclusivamente por la secta Fuke y se transmitía por repetición y práctica, y gran parte de él se perdió, junto con muchos documentos importantes de los komusō.
Cuando el gobierno de Meiji volvió a permitir que se tocara el shakuhachi, fue sólo como instrumento de acompañamiento del koto, el shamisen, y otros implementos tradicionales. No fue hasta más tarde cuando se permitió volver a tocar públicamente las canciones honkyoku como piezas solistas.
Tradicionalmente, el shakuhachi ha sido tocado casi exclusivamente por hombres en Japón, aunque esta situación está cambiando desde hace décadas.
Muchos profesores de música tradicional de shakuhachi indican que, a día de hoy, la mayoría de sus alumnos son mujeres. El Festival de Shakuhachi de la Gran Manzana, celebrado en 2004 en la ciudad de Nueva York, acogió el primer concierto de maestras internacionales de shakuhachi. Este festival fue organizado y producido por Ronnie Nyogetsu Reishin Seldin, que fue la primera maestra de shakuhachi a tiempo completo en enseñar en el hemisferio occidental. Nyogetsu también tiene 2 licencias de Dai Shihan (Gran Maestra), y ha dirigido el KiSuiAn, la mayor y más activa escuela de Shakuhachi fuera de Japón, desde 1975.
La primera persona no japonesa en convertirse en maestro de shakuhachi fue el estadounidense-australiano Riley Lee. Lee fue el responsable del Festival Mundial de Shakuhachi que se celebró en Sídney (Australia) del 5 al 8 de julio de 2008, con sede en el Conservatorio de Música de Sídney. Riley Lee tocó el shakuhachi en la pieza titulada Mantras del Amanecer, que fue compuesta por el célebre músico Ross Edwards especialmente para la Actuación del Amanecer, que tuvo lugar en las velas de la Ópera de Sídney al amanecer del 1 de enero de 2000 y fue televisada internacionalmente.