agosto 14, 2016

Ladysmith Black Mambazo: «Tenemos todas las oportunidades que no poseíamos durante el apartheid»

Ladysmith Black Mambazo es el grupo más icónico de la música sudafricana. Amigos íntimos de Nelson Mandela, quien llegó a decir que sus canciones le dieron fuerzas durante sus años en prisión, a la vez que le inspiraron a seguir luchando, han ganado cuatro premios Grammy, habiendo cantado además frente a personajes como el Papa Juan Pablo II y la reina Isabel II del Reino Unido, por sólo nombrar algunos. Actualmente se encuentran grabando una nueva versión de su clásico de 1987 Shaka Zulu.

Más de medio siglo de carrera artística tiene a sus espaldas el grupo sudafricano Ladysmith Black Mambazo.

Por décadas, este coro ha llevado la música autóctona de su país, especialmente géneros a cappella como el mbube y la isicathamiya, a todo el mundo, logrando el reconocimiento internacional.

Formada a principios de los años sesenta por Joseph Shabalala, un joven granjero devenido en obrero de fábrica, el nombre Ladysmith Black Mambazo posee varios orígenes. Ladysmith es su ciudad de nacimiento, al este de Sudáfrica. Black, «negro» en inglés, es una referencia al buey negro, el más fuerte de todos los animales de la granja. Mambazo es una palabra zulú que significa hacha, un símbolo de la habilidad del grupo para tumbar cualquier banda rival que los retara en una competencia.

El exquisito estilo vocal de Ladysmith Black Mambazo, cuya perfección y harmonía dio mucho que hablar desde sus primeros días, los llevó a que se les vetara de las competiciones musicales de su país, debido a que siempre obtenían los primeros lugares. No obstante, siempre fueron bienvenidos a participar como invitados.  

Tras una transmisión radial en 1970, Ladysmith Black Mambazo logra su primer contrato discográfico, el cual iniciaría una numerosa serie de publicaciones, habiendo realizado hasta ahora más de cincuenta grabaciones.

Su filosofía al momento de entrar al estudio ha sido preservar su herencia y tradición musical, sin dejar de ofrecer un espectáculo que entretenga.

La base de su estilo vocal, el isicathamiya, tiene sus orígenes en las minas de Sudáfrica, donde los mineros negros iban a trabajar lejos de sus casas y familias. Con pagas miserables y viviendo hacinados en barrios marginales, estos trabajadores se entretenían cantando los domingos, tras seis días de agotadora faena. Cuando volvieron a sus casas, esta tradición regresó con ellos.

Durante la década de los setenta y principios de los ochenta Ladysmith Black Mambazo se estableció como el coro más exitoso y conocido de Sudáfrica. A mediados de los ochenta Paul Simon visitó el país e incorporó sus ricas harmonías en su álbum Graceland, un trabajo icónico que los hizo conocidos en todo el mundo.  

Un años después el mismo Simon produciría el primer lanzamiento mundial de Ladysmith Black Mambazo, su célebre Shaka Zulu, el cual les valió su primer Grammy en 1988, por mejor disco folk. Desde entonces han ganado tres más, en 2004 por Raise Your Spirit Higher, en 2009 por Ilembe y en 2014 por Live: Singing for Peace Around the World. Además, han obtenido más de 15 nominaciones.

Desde entonces Ladysmith Black Mambazo ha grabado junto a numerosos artistas, entre los que se cuenta gente como Stevie Wonder, Dolly Parton, Sarah McLachlan, Josh Groban, Emmylou Harris y Melissa Etheridge, por sólo nombrar algunos.

Ladysmith Black Mambazo también ha incursionado en el mundo audiovisual, apareciendo en la película Moonwalker, protagonizada por Michael Jackson, así como en Do It A Cappella de Spike Lee.  

También formaron parte de la banda sonora de la secuela de El Rey León, así como la de El príncipe de Zamunda, protagonizada por Eddie Murphy, también en la de Invictus, Una árida estación blanca, Llanto por la tierra amada y La liga de los hombres extraordinarios.

El documental centrado en su historia, titulado On Tip Toe: Gentle Steps to Freedom, the story of Ladysmith Black Mambazo, fue nominado al Oscar. Además, han participado en musicales de Broadway, habiendo optado por un premio Tony.

Sus apariciones han llegado tan lejos como capítulos de la serie animada Padre de familia y la película juvenil Chicas malas con Lindsay Lohan.

En 2014 incluso incursionaron en el mundo del balé, con el espectáculo Inala.

En este momento Ladysmith Black Mambazo se encuentra grabando una reedición de su álbum Shaka Zulu, con motivo de los treinta años de su publicación.

Pocos días antes de que entraran al estudio tuvimos la oportunidad de conversar con el miembro más antiguo de la banda, tras el retiro de los escenarios de Joseph Shabalala en 2008, el cantante Albert Mazibuko, quien habló sobre la trayectoria y planes a futuro de este legendario coro sudafricano.

—Usted forma parte de Ladysmith Black Mambazo desde 1969.

—Cuando recuerdo desde ese año hasta ahora pienso que ha pasado muy rápido. Siento como si hubiese sido ayer cuando empezó todo. Han ocurrido tantas cosas en estos 47 años que es difícil hacer un recuento, pero, por alguna razón, lo siento como si hubiese sido hace nada.

—Ladysmith es el pueblo donde nació la banda, ¿de dónde viene el «Black Mambazo»?

—Por un lado, la palabra «black» (negro) se refiere al buey, un animal muy importante en el campo sudafricano. Nosotros venimos de una región de granjas y el buey es el animal más fuerte del rancho, el que se usa para el arado. Si bien es cierto que los hay de varios colores, el buey negro es el más fuerte. «Mambazo», por otro lado, es una palabra zulú, que significa «hacha». Esta es una de las herramientas más importantes cuando vives en la granja, porque te permite talar los árboles para construir la vivienda, o para dividir la tierra y mantener a tus bueyes adentro. Cuando estás en el bosque muchas veces el hacha te permite hacer el camino. Entonces si combinas las tres palabras, Ladysmith Black Mambazo, obtienes que somos el hacha negra de Ladysmith, quienes con nuestra voz poderosa nos haremos un camino y andaremos hacia el futuro, derribando los obstáculos y la competencia.

Su estilo posee dos elementos muy importantes, el género isicathamiya y la música mbube.

—Déjame empezar contándote sobre el Mbube. Se trató en principio de una canción muy famosa del mismo nombre, cantada por Solomon Linda, que luego dio nombre a todo un estilo musical. Pero originalmente es una canción, que pasaría a ser conocida en el extranjero como El león duerme esta noche. Por otro lado, la música Isicathamiya, es un género zulú sudafricano que se canta a capela. En zulú «athama» significa «caminar lentamente», por lo que si bien este género posee baile, se trata de pasos tenues que no llegan a golpear el piso, es de puntillas básicamente. El Mbube, que es realmente una versión de Isicathamiya, es en cambio es mucho más movido y vibrante. Las raíces de la música Isicathamiya provienen de cuando los zulús tuvieron que abandonar los campos por las ciudades en busca de trabajo.

Ladysmith Black Mambazo comenzó en los sesenta gracias a Joseph Shabalala. ¿Cómo reclutó a los primeros cantantes del grupo?

—Joseph Shabalala fundó el grupo en 1960. Sin embargo, no fue hasta 1965 que la banda tomó vuelo, compitiendo alrededor del país y dándose a conocer. Al principio buscó dentro de sus parientes: tíos, primos y hermanos. También entre sus amigos. Nos decía: «Vengan, cantemos y hagamos música». Uno solía cantar esta música para divertirse, pero Joseph se la tomaba muy en serio. No fue sino hasta 1969 que comenzó a componer nuevas canciones, a lo que parte del grupo no quiso seguir, y es así como llega a mí. Se puede decir que refundamos el grupo ese año, cuando empezamos a cantar esos nuevos temas que había escrito, a seguir ese sueño de Shabalala.

Por aquellos días participaban en competencias musicales y ganaban todo el tiempo, hasta el punto de que no les permitieron participar más como concursantes sino sólo como invitados.

—Sí. Nuestra música gustaba mucho por lo que cada vez que competíamos ganábamos. Las demás bandas pensaban que no tenía sentido ir contra nosotros porque éramos muy buenos. Por lo tanto, los organizadores lo que hicieron fue invitarnos para entretener a las audiencias durante las competencias de canto, pero sin participar. Usualmente nos invitaban a las siete de la noche, cantábamos hasta las doce y luego empezaba el concurso, el cual disfrutábamos aún sin ser para de él.

Joseph Shabalala se retiró en 2008. ¿Cómo continúan con su legado?

—Joseph Shabalala se retiró, pero dejó a cargo a sus hijos por lo que ellos han sabido honrar el legado de su padre. Son cuatro en total, que viajan por todo el mundo predicando la música que popularizó su progenitor. Incluso yo, que tengo tantos años en Ladysmith Black Mambazo, más que algunos de ellos, creo que han hecho un trabajo maravilloso. Siento que el grupo actualmente está haciendo las cosas muy bien.

¿Cuál cree usted que es el mayor legado y mensaje de Shabalala?

—Joseph es un hombre de paz, por lo que su mensaje tiene mucho que ver con ello, pero también con amor y armonía. Él siempre decía que si íbamos a cantar debíamos unir a las personas. Hacer que la gente se quisiera unos a otros. Alimentar la esperanza y hacer entender que mientras estén juntos las cosas irán bien.

¿A qué se dedica Joseph Shabalala tras su retiro? ¿Sigue participando de alguna manera en Ladysmith Black Mambazo?

—Está en casa dedicado a su familia. Visita constantemente a sus nietos y les enseña toda la tradición musical que maneja, de manera de formar a las nuevas generaciones que nos sustituirán algún día. Cuando grabamos un disco el suele venir al estudio y darnos su bendición. Él está muy tranquilo, disfruta estar con su familia, especialmente la más joven.

Ustedes son quizás la agrupación más importante de Sudáfrica.

—Es una gran responsabilidad para nosotros porque representamos nuestra cultura y nuestro país. Nelson Mandela nos dijo una vez que éramos embajadores de la música sudafricana, por lo que cada vez que giramos por el mundo, o cada vez que vamos a un escenario, tenemos una gran responsabilidad con nuestra gente.

Hablando de Nelson Mandela, él dijo alguna vez que la música de Ladysmith Black Mambazo le dio fuerzas durante sus años en prisión y lo motivó a seguir luchando.

—Conocimos a Nelson Mandela poco después de su liberación en 1990. Fue entonces cuando nos dijo todo eso. Luego nos volvimos muy cercanos. Recorrimos el mundo junto a él. Cada vez que viajaba al extranjero decía: «Quiero que Ladysmith Black Mambazo me acompañe porque me hicieron más fuerte cuando lo necesité». Por ejemplo, fuimos con él a Oslo, Noruega, cuando recibió el Premio Nobel de la Paz. También nos pidió que lo acompañáramos cuando visitó a la Reina de Inglaterra. Lo mismo ocurrió cuando visitó al Papa en El Vaticano. Para todos ellos cantamos. Fueron muchos los lugares a los que fuimos juntos, nos hicimos muy amigos.

Ladysmith Black Mambazo cuenta con una nueva generación de cantantes. ¿Quieren que el grupo dure por siempre renovándose a través de herederos?

—Es nuestro deseo. Queremos impulsar a las nuevas generaciones a que mantengan esta tradición y esta música, así como su pureza y melodía. Yo siempre se lo digo a los miembros más jóvenes de Ladysmith Black Mambazo: “Somos un grupo que sostiene una parte importantísima de la cultura sudafricana. Si la dejamos morir, desaparecerá”. Por ello creo que debemos mantener nuestro arte fuerte y puro. Hacerlo correctamente siempre.

En 2014 crearon, junto a Ella Spira y Pietra Mello-Pittman, el ballet Inala. ¿Cómo se dio esta idea?

—Fue muy emocionante. Todo ocurrió tras conocer a la compositora Ella Spira y a su amiga, la bailarina Pietra Mello-Pittman, quien forma parte del Royal Ballet. Tras vernos en vivo, nos contactaron y nos dijeron lo mucho que les gustaba el trabajo de Ladysmith Black Mambazo, a la vez que nos propusieron crear un espectáculo coreográfico basándose en nuestra música. Tras examinar la experiencia de ambas dimos nuestro visto bueno y así empezaron a surgir las ideas. Ella Spira trajo el piano a nuestro estilo musical, y es que realmente ocurrió una mezcla de géneros y disciplinas, fusionando nuestro arte con el balé. Fue un trabajo muy duro pero maravilloso. A veces uno cree que lo ha hecho todo y llegan nuevas cosas como esta. No se puede negar que la aproximación hacia la danza fue compleja, así como fusionar con elementos externos un estilo tan puro como el que interpretamos. Sin embargo, el resultado valió la pena.

¿Qué significa Inala?

—Significa «abundancia». A ellas les gustó mucho esa palabra, pero además tenemos un álbum que se llama así, porque «inala» significa además ser exitoso, tener abundancia de buena voluntad. Es una palabra muy bonita.

Su gira de este año ha culminado.

—Efectivamente. Estuvimos en Australia, Nueva Zelanda, América y Europa. En este momento nos encontramos en casa y nos preparamos para el año que viene. Pronto entraremos a grabar. Haremos una reedición del álbum Shaka Zulu, que cumplirá tres décadas el año que viene. Fue con este disco que obtuvimos nuestro primer Grammy, así que queremos rendirle un homenaje. Las giras que haremos en 2017 estarán enfocadas seguramente en este trabajo.

¿Qué más preparan para 2017?

—En este momento nos estamos enfocando en este disco, pero puedo decirte que estamos preparando muchas cosas, si bien no te puedo comentar sobre ellas hasta que estén listas. Ya verás que vendrán muy buenas noticias sobre Ladysmith Black Mambazo el próximo año. Sé que nos divertiremos mucho, pero por ahora a grabar. Entramos al estudio la próxima semana. Con suerte lograremos que este disco sea mejor que el original.

Hace unos meses anunciaron que preparaban un disco llamado Songs of Peace & Love for Kids & Parents Around the World.

—Algunas canciones de ese disco fueron grabadas, pero faltan otras para terminar ese álbum. El disco está ahí, pero nos falta una parte.

Ustedes han logrado todo lo que un grupo musical sueña hacer. Han recorrido el mundo, han conocido a las figuras más importantes de su tiempo, han ganado casi todos los premios que podrían obtener. ¿Les falta algo por hacer?

—No. En términos de nuestra música y sueños, al menos por mi parte, creo que hemos logrado todo. Sin embargo, el viaje continúa. Así que nuestra misión es mantener el grupo activo y trabajando. Hacerlo mejor siempre.

Ladysmith Black Mambazo forma parte de la historia reciente de Sudáfrica. ¿Cómo ven el panorama actual?

—Las cosas han cambiado para bien. Eso es indudable. Tenemos todas las oportunidades que no poseíamos durante el apartheid. Podemos ir a la escuela donde queramos, podemos iniciar negocios donde lo deseemos, abrir tiendas o locales. Todos pueden vivir la vida que quieran. Yo estoy muy feliz, pienso que la libertad es algo maravilloso y que beneficia a toda la población de Sudáfrica.

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