Una historia del boogaloo

El boogaloo es un género de la música latina que consiste en la fusión del soul y R&B norteamericano con ritmos caribeños como el mambo, la pachanga, el chachachá y el son montuno. Joe Cuba es considerado el padre del boogaloo, aunque los aportes de músicos como Richie Ray, Pete Rodriguez y Ray Barreto también fueron decisivos en la consagración del estilo.

La denominación boogaloo para esta fusión musical se remonta al año 1966, cuando comienza a ser utilizada por músicos de Nueva York, como Richie Ray y Joe Cuba. Hay quienes afirman que pudieron haber sido influenciados por el álbum del grupo de R&B de Detroit Tom and Jerrio, quienes en 1965 publicaron un disco llamado Boo-Ga-Loo, en el cual se encuentran ciertas similitudes con la propuesta de Cuba y Ray.

El boogaloo adquirió cierta popularidad en Estados Unidos durante la segunda mitad de los años sesenta. Sus orígenes se encuentran en la comunidad puertorriqueña de Nueva York, también conocidos como nuyoricans. Por ello, las canciones se pasean entre el inglés y el español, llegando a utilizar aquel híbrido lingüístico conocido como spanglish.

El boogaloo más popular de la década de los sesentas fue el célebre tema de del sexteto de Joe Cuba Bang bang, el cual logró vender más de un millón de copias en 1966. El pito fue otro de sus grandes himnos. El Boogaloo Blues de Johnny Colón también fue muy conocido por aquellos días, así como la pieza I Like It like That de Pete Rodríguez y At the Party de Héctor Rivera.

Hay quienes afirman que el boogaloo fue el primer género meramente nuyorican.

Antecedentes

Entre las décadas de los cincuenta y sesenta, los afroamericanos de Estados Unidos bailaban al ritmo del blues, el R&B y el doo-wop. Si bien la comunidad latina también estaba al tanto de estos géneros, la popularidad del mambo, la rumba, la guaracha, el guaguancó y el chachachá era aún mayor. El encuentro en los clubes de Nueva York entre cubanos, boricuas y afroamericanos fue el caldo de cultivo para las fusiones que desembocarían en fenómenos como el boogaloo.  

Existen dos antecedentes a lo que sería el boogaloo que aparecieron en 1963, se trata de la versión que hizo Mongo Santamaría del tema de Herbie Hancock Watermelon Man, así como El Watusi de Ray Barreto. Ambos representaban una suerte de R&B latinizado, con una presencia sumamente fuerte de percusión.  

El boogaloo no fue ajeno a las grandes orquestas que ocasionalmente lo abordaron, como fue el caso de los ensambles de Dámaso Pérez Prado, Tito Rodríguez y Tito Puente. 

No obstante, no será hasta 1966 que comenzará a ser utilizado el término boogaloo por gente como Richie Ray, Bobby Cruz y Joe Cuba.  

Un hecho que impulsó el éxito de Joe Cuba por aquellos días, es que en 1966 cerró el célebre Palladium Ballroom de Nueva York, uno de los locales más representativos de la era de las grandes orquestas de mambo. Fue entonces cuando el boogaloo desplazó a aquel ritmo, apoderándose de las carteleras latinas, pavimentando además el camino para otro de los grandes fenómenos musicales del siglo XX: la salsa.

Otros éxitos del boogaloo que también vale la pena nombrar fueron: Me gusta como está y Micaela, del pianista Pete Rodríguez y Danzón boogaloo, de Richie Ray, El avión, de Joe Batán, y Fat Mama de Charlie Palmieri. 

Casi todos los grupos neoyorquinos de música latina experimentaron, en mayor o menor medida, con el boogaloo. Se considera que fue un período breve, pero muy intenso, en la escena y, al día de hoy, sigue siendo un género sumamente popular. Algunos de los himnos de la época siguen tan vivos como en esa época, apareciendo constantemente en películas, comerciales y series de televisión.

Leyendas como Joe Bataan, Bobby Valentín y Willie Colón tampoco fueron ajenas al boogaloo, así como los veteranos de la era del mambo Eddie Palmieri y Tito Puente.

Cuando el boogaloo llegó a Puerto Rico, grupos como El Gran Combo también fueron seducidos por este sonido, pero incluso en rincones más lejanos como Perú, Colombia y Venezuela también hizo acto de presencia.

La popularidad del boogaloo comenzó a decaer en el año 1969. Hasta el día de hoy se discuten las razones de este declive. Hay quienes afirman que ciertos elementos de la industria musical, en conjunto con disqueras (especialmente Fania), locutores de radio, promotores y salas de concierto, dieron la espalda al boogaloo. En el gran documental We Like It Like That, se discuten esta serie de factores. Con la explosión de la salsa, músicos consagrados como Tito Puente y Eddie Palmieri recuperaron su fama de antaño, si bien varias agrupaciones basadas en el boogaloo pasaron a tener un papel secundario, aunque Joe Bataan y Willie Colón incrementaron su fama exponencialmente años más tarde.

El boogaloo hoy

A día de hoy, el boogaloo sigue siendo popular en países como Colombia, específicamente en la ciudad de Cali, donde el género sigue teniendo una importante acogida, junto a la salsa y la pachanga. Cali es una de las plazas más fuertes de la música latina en Sudamérica, con cientos de radios especializadas, clubs de renombre y grandes festivales.

En la última década, han surgido grupos que buscan revivir el sabor y la cadencia del boogaloo como es el caso de los Boogaloo Assassins de Los Ángeles, así como Ray Lugo & The Boogaloo Destroyers en Nueva York, quienes en 2014 estrenaron su álbum ¡Que chévere!, que rescata el sonido clásico del género y que en 2015 compartieron tarima con pioneros como Pete Rodríguez, Richie Ray y Joe Bataan.

El documental We Like It Like That¸ estrenado en 2016 y dirigido por Mathew Ramírez Warren, también se centró en la historia del boogaloo, logrando diversos premios en festivales, y trayendo de nuevo a la palestra pública esta faceta de la música latina.

Si bien el clímax del boogaloo en la música latina fue breve, menos de media década, su influencia en los estilos que vendrían más tarde es incuestionable. Fue especialmente influyente en la concepción de la salsa, género que transformó por completo el panorama musical de los setentas. 

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