Mbongwana Star: «Kinshasa nos recuerda al Nueva York de los ochenta»

Mbongwana Star representa la evolución de la rumba congoleña y el soukous a través de un enfoque muy experimental y psicodélico. Es además la unión de dos generaciones de músicos de la República Democrática del Congo: Una veterana, compuesta por dos integrantes de la extinta banda Staff Benda Bilili, y una más joven conformada por varios músicos callejeros de Kinshasa. A la ecuación se suma el productor y músico irlandés, radicado en Francia, Doctor L, quien se ha encargado del toque más electrónico del proyecto.

Kinshasa parece estar viviendo un momento de esplendor musical que evoca aquellas épocas cuando Le Grand Kallé et l’African Jazz, Franco y la TPOK Jazz, Papa Wendo y Tabu Ley Rochereau amenizaban las noches africanas a golpe de rumba congoleña.

Las nuevas generaciones han sufrido años de guerra civil e inestabilidad política y económica. No han pasado en vano. No obstante, de la adversidad y la tragedia están surgiendo algunas de las propuestas artísticas más interesantes de África.

Ya en 2013 el artista local Jupiter Bolondji & Okwess International lanzó el celebrado Hotel Universe, lo que llevó a varios productores europeos a volver la mirada a lo que estaba sucediendo en la República Democrática del Congo (RDC), país de amplia tradición musical y donde si bien el talento abunda, pocas veces, al menos en los últimos años, trasciende fronteras.

Años antes, en 2009, otra agrupación local también se dio a conocer en todo el mundo, Staff Benda Billi, un grupo callejero conformado por cuatro parapléjicos (todos debido a la polio) de edad avanzada con sillas de ruedas diseñadas por ellos mismos, que contaban con una sección rítmica de niños abandonados de la calle a quienes habían dado cobijo.

La música de Staff Benda Bilili, que significa «mira más allá de las apariencias» en idioma lingala, era una mezcla de soukous, rumba congoleña, reggae y R&B. La banda utilizaba además varios instrumentos que eran de su autoría. Uno de sus músicos, que contaba con apenas 18 años, realizaba imponentes solos con una guitarra de una sola cuerda, diseñada y construida por él.

La fama que adquirió Staff Benda Bilili en el mundo fue tal que la utilizaron para denunciar los crímenes de lesa humanidad que ocurrieron en el país, contribuyendo con el Enough Project (Proyecto Basta) y el compilado “Raise Hope for Congo” (Levantando la esperanza en el Congo) realizado por la disquera Downtown Records, que contó con piezas de Norah Jones, Amadou & Mariam, Sheryl Crow, Mos Def e Imaad Wasif. También participaron en campañas para incentivar al voto en la región.

Bolondji y Staff Benda Bilili nunca fueron ajenos el uno al otro. En el documental sobre el primero, titulado Jupiter’s Dance, producido por Renaud Barret y Florent de la Tullaye, hace acto de presencia la segunda y, poco después, pasarán a protagonizar el suyo propio, llamado Benda Bilili!, realizado por el mismo equipo.

El documental Benda Bilili! obtuvo el aplauso de la crítica en el Festival de Cannes 2010 y los llevó a girar por Europa. La euforia duró pocos años: Staff Benda Bilili  se separó en 2012, tras varias disputas internas. Sin embargo, los miembros se negaron a abandonar la música y crearon sus proyectos por separado.

Fue así como Coco Ngambali y Theo Nsituvuidi, dos de los integrantes fundadores de Staff Benda Bilili, reclutaron a una serie de músicos de Kinshasa para llevar a cabo un proyecto que tomaría elementos de la rumba congoleña y el soukous, pero traduciéndolos a través de una banda compuesta primordialmente por una generación más joven. Bautizaron el proyecto Mbongwana Star y su primer álbum, titulado From Kinshasa, fue publicado a mediados de mayo a través de la célebre disquera World Circuit, responsable de la difusión de artistas de la talla de Buena Vista Social Club, Alí Farka Touré y Orchestra Baobab.

From Kinshasa es la evolución psicodélica y experimental del soukous y la rumba congoleña, con la adición de elementos electrónicos, abundantes ecos y delays en voces y percusión, así como palpitantes patrones de batería, cortesía del productor irlandés radicado en Francia Liam Farrell, también conocido como Doctor L, baterista en el pasado de Les Rita Mitsouko y quien tiene en su haber colaboraciones con le estrella del afrobeat Tony Allen.

La música de Mbongwana Star es a la rumba congoleña lo que el dub fue al reggae en el pasado. La esencia está pero el resultado difiere en exceso del ritmo original, por ello es tan interesante y original su propuesta.

Los antecedentes de Farrell como productor de trip hop son notables, así como su tendencia a experimentar y samplear los sonidos de la ciudad de Kinshasa, lo que fácilmente transporta al escucha a ese rincón del África.

Michel Winter, quien fuese manager de Staff Benda Bilili, es el hombre tras el concepto de Mbongwana Star, quien reunió al equipo inicial y más tarde trajo a Doctor L a la banda. A pesar del maratónico tour en el que se encuentra junto al grupo, tuvimos la oportunidad de hablar con él sobre el proyecto.

—¿Cuánto tiempo pasó desde la separación de Staff Benda Bilili hasta la concepción de Mbongwana Star?

—Staff Benda Bilili se separa por cuestiones de dinero, gente que le metió ideas erróneas en la cabeza a algunos miembros de la banda y conflictos innecesarios. Eso pasa en 2012. Ya a principios de 2013 estábamos concibiendo lo que sería Mbongwana Star. No obstante, el proyecto empieza a coger forma es a partir del año pasado.

—¿Quiénes son los miembros de Mbongwana Star?

—Tenemos a dos de los miembros fundadores de Staff Benda Bilili, Coco y Theo, junto a varios artistas jóvenes de Kinshasa: El guitarrista, cuyo nombre artístico es R9. Está Randy en la percusión, quien tiene una breve aparición en el documental Benda Bilili!, en aquel momento contaba con doce años apenas. Randy desapareció por un tiempo tras aquella colaboración pero cuando armamos Mbongwana Star pudimos contactarlo. En la voz está Sage. Finalmente incorporamos a Liam Farrell, conocido como Doctor L, que es un músico irlandés radicado en Francia, quien ha producido grupos de hip hop, trip hop, así como discos para Tony Allen y otros artistas africanos de Mali y Nigeria.

—En el caso de los más jóvenes: ¿Tienen los mismos antecedentes musicales que Coco y Theo?

—Son generaciones más jóvenes, así que son más punk rock. Desde luego que tienen mucho de soukous o rumba congoleña porque son ritmos muy populares en Congo pero poseen otro enfoque. Por ejemplo, para los más jóvenes fue muy natural trabajar con Liam, que dio una importante influencia electrónica al álbum, para los mayores fue más difícil al principio. También hay que tomar en cuenta que cuando empezamos el proyecto no teníamos claro hacia dónde íbamos. Yo llevé a Liam a Kinshasa y le dije si quería producir este proyecto y nadie sabía que al final de todo Liam terminaría formando parte de la banda. Él vino conmigo y se enamoró de la ciudad y su gente y empezamos a grabar prácticamente en las calles de Kinshasa, en sitios al aire libre. Luego empezó a mezclarlo. Así que tenemos tres factores: Los jóvenes de Kinshasa, Coco y Theo; y Liam.

—Parte de la originalidad de su sonido viene de esa experimentación electrónica.

—Para mí lo interesante es que yo empecé a trabajar con el proyecto Mbongwana Star dos años antes de que Liam pasara a ser parte. Todos sabíamos que queríamos hacer algo nuevo. Coco y Theo querían ir más allá de lo que habían hecho con Staff Benda Bilili o lo que se estaba haciendo en Kinshasa. Teníamos buen material pero sabíamos que faltaba algo. Ahí aparece Liam. Decimos entonces: Hagamos algo que sea del siglo XXI, pero que no sea africano o europeo, o blanco o negro, porque esas separaciones son el pasado. Yo, en lo personal, estoy cansado del término world music, aun cuando llevo años en esto. Pero siento que se ha quedado corto y limitado.

—¿Cuánto de esa parte electrónica y psicodélica fue hecha durante la grabación o durante la mezcla?

—Al escuchar el disco puede tender a pensarse que la mayoría se hizo durante la mezcla, pero no es el caso. La mayoría se hizo en directo. Todo fue tocado. Claro que hay efectos en la guitarra o en la percusión, pero eso no quiere decir que hayan sido secuenciados.

—¿Qué significa Mbongwana?

—Transformación. Porque la idea era cambiar todo lo que veníamos haciendo antes, la manera como trabajábamos, como componían.

—¿Cómo definiría la música de Mbongwana Star a alguien que nunca haya escuchado?

—Yo creo que no toca a la banda definirlo, sino más bien al público. Nosotros simplemente hacemos lo que creemos que tenemos que hacer. Es arte y se basa en la interpretación del receptor. Pienso que cada uno puede darle el nombre o la definición que quiera. Son bienvenidos. Nosotros, por nuestro lado, no tenemos un nombre para ello.

—¿El álbum fue grabado en Kinshasa?    

—Si, todo fue grabado en Kinshasa. Muchas cosas fueron grabadas al aire libre a través de una labtop, otras en un hotel donde alquilé varias habitaciones y convertimos el lobby en un estudio improvisado. Fue un proceso muy particular, pero con un resultado que nos encantó.

—¿Cómo es la escena musical en Kinshasa en la actualidad?

—Es muy diferente a la europea. Hay muchísimos artistas, muchos músicos, pero no existe una escena como tal. No hay muchas salas o locales. Está empezando ahora un poco. Hay bares con música en vivo donde la gente paga por ver al artista o también están las estrellas locales tocando ndombolo patrocinadas por marcas de telefonía móvil o cerveza, que organizan grandes eventos en la ciudad o en las afueras en campos abiertos. También están los artistas que tocan en bodas e incluso funerales, eso también es muy común. Tienes que poner en perspectiva que es un país que ha estado en guerra muchos años, hay mucha pobreza, por lo que no hay demasiados recursos. Pero también toma en cuenta que Kinshasa es una ciudad enorme, me recuerda un poco a la Nueva York de los ochentas. Hay muchas personas haciendo arte: Pintura, escultura, tocando rock, metal, rumba, cualquier cosa que te puedas imaginar.

—¿Cuál es el ritmo más popular en Kinshasa actualmente?

—Ndombolo, que es la continuidad del soukous y la rumba congoleña. Es una música muy comercial y popular en Congo. Muchos de sus eventos están patrocinados por bebidas alcohólicas, así que se ha masificado, especialmente en las grandes ciudades.

—Recientemente publicaron un videoclip del single promocional Malukayi, donde colaboró Konono No. 1.

—Konono No. 1 es otro de los grupos de Kinshasa con los que trabajo, por lo que fue una colaboración muy natural. El videoclip fue realizado en Kinshasa y buena parte fue realizado por Doctor L, junto a Renaud Barret, uno de los realizadores del film Benda Bilili!.

—¿Qué significa Malukayi?

—Malukayi significa literalmente «¿cómo estás?». La letra de Malukayi trata los problemas que tiene un hombre para poder casarse en Congo. De reunir el dinero para hacerlo. Además de concertar con ambas familias para llevar a cabo la unión.

—¿Hay algún concepto tras From Kinshasa?

—El disco aborda muchos temas: Sociales, políticos, los niños de la calle, la dificultad para conseguir esposa en Congo, la violencia en la ciudad. Hablan sobre varias cosas. Mbongwana Star usa las letras para enviar un mensaje, como los libros o los periódicos ya que el Congo es un país donde no es fácil acceder a los libros.

—La República Democrática del Congo tiene más de doscientos idiomas. ¿Cuáles usan en el disco?

—Lingala. Hay cosas muy puntuales en tshiluba, pero la gran mayoría es lingala.

—¿Cómo logran llegar a World Circuit Records?

—En septiembre pasado estuve en Londres con otra banda con la que trabajo, llamada Tartit, que es una banda tuareg. Estábamos participando en un evento que reunía grupos musicales del Sahara. Allí me encontré a Nick Gold, director de World Circuit, y me le acerqué. Le dije que lo conocía y él me correspondió diciendo lo mismo, ya que había escuchado algunas de las bandas con las que estaba relacionado. Le entregué un disco con parte de lo que habíamos grabado en Kinshasa. Tuve mucha suerte, Nick me dijo que escuchó el disco en su auto regresando a casa. Es muy probable que si lo hubiese enviado a su oficina nunca hubiese tomado en cuenta el álbum. Luego me llamó y empezamos a organizar el proyecto. Usualmente él produce sus artistas, pero en este caso es diferente porque el material estaba parcialmente hecho. Claro que tuvimos discusiones sobre el trabajo mostrado y se hicieron ciertos cambios, pero en general fue una grata experiencia y fue fácil ponernos de acuerdo.

—Actualmente se encuentran de gira promocional.

—Si. Actualmente nos encontramos en una gira que incluye veinte fechas pero que termina pronto. Hemos estado en Francia, Holanda, Bélgica, Alemania e Inglaterra. En Londres hemos vendido todas las entradas porque la prensa nos ha tratado muy bien. Las críticas han sido excelentes y creo que por eso hay tanta gente interesada en Mbongwana Star en el Reino Unido.

—¿Irán a la República Democrática del Congo?

—Lo intentaremos porque es difícil en el Congo. Si quieres aparecer en televisión tienes que pagar, cuesta mucho dinero todo el proceso logístico. Nos interesa ver la reacción del público congolés por lo que estamos haciendo todo lo posible por visitarlo.

—¿España?

—Espero que sí. Actualmente no tenemos nada conversado, ojalá tras esta entrevista eso cambie. También el disco salió un poco tarde, el 20 de mayo, entonces si bien tengo contacto con algunos de los festivales españoles, no hubo la oportunidad de organizar algo y cuando los visité el año pasado tampoco tenía suficiente material para convencer a nadie. Sin embargo, estoy seguro que en 2016 estaremos allá.

—¿Están preparando nuevo material?

—A pesar de todo el trabajo que hemos estado haciendo ya nos encontramos preparando el nuevo álbum. En vivo ya tocamos tres nuevas canciones y tenemos muchas ideas por llevar a cabo.  

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